Los malos tratos están muy extendidos en Estados Unidos. Personas de distintas edades y sexos sufren a diario todo tipo de malos tratos:
Aunque parezca fácil acudir a las autoridades y denunciar al agresor, puede ser difícil encontrar soluciones que no añadan más tensión a una situación ya de por sí delicada.
Puede que te sientas avergonzado de ser víctima, seguro de que nada cambiará o asustado por las represalias; o si eres menor de 18 años, puede que te preguntes qué pasará contigo una vez que se hayan llevado a tu agresor.
Consulta nuestras Preguntas frecuentes sobre maltrato para adultos, o nuestras Preguntas frecuentes sobre maltrato para menores de 18 años.
En este artículo, repasaremos algunas de las formas en que puedes encontrar ayuda, sin recurrir a medidas más graves o antes de hacerlo.
Aunque algunos signos de maltrato son más evidentes que otros, es importante saber exactamente qué puede considerarse maltrato. Hay algunas situaciones en las que es difícil saber si estás siendo víctima de malos tratos y, con un poco de perspicacia, puedes tener una respuesta definitiva a esa pregunta.
El maltrato físico es uno de los tipos de maltrato más conocidos y se produce cuando un individuo inflige dolor físico a otro, o amenaza con el uso del dolor físico. Los signos de este tipo de maltrato suelen ser marcas externas, como moratones y arañazos.
El abuso sexual puede referirse a la violación, pero también incluye cualquier contacto sexual no deseado como el acoso, tocamientos inapropiados o llegar a un nivel de intimidad con el que alguna de las partes no estaba de acuerdo.
El abuso verbal implica palabras o lenguaje corporal para criticar a otra persona. Puede ser difícil de rastrear porque alguien puede retractarse rápidamente y decir “era una broma/no quería decir nada”, o puede llegar a ser tan habitual que la víctima lo interprete como algo normal aunque no lo sea.
El abuso emocional se produce cuando alguien utiliza frases o actúa de tal manera que te manipula. No creas a la gente que dice que esto no es maltrato real.
Fuera de EE.UU., países como el Reino Unido, Francia e Irlanda han optado por castigar este comportamiento por ley, igual que el maltrato físico.
La versión legal del maltrato emocional se denomina “control coercitivo“, e incluye los siguientes comportamientos:
Puede consistir en que el agresor controle lo que puedes gastar o no, en que se quede con el dinero que ganas o en que alguien viva en la casa pero se niegue a contribuir a la comida, las tareas domésticas u otras necesidades.
El abandono se produce cuando una persona se niega o es incapaz de proporcionar a otra sus necesidades básicas, como comida, alojamiento o cariño y cuidados. Aunque la negligencia es más común en niños, también puede darse en ancianos.
Si se siente realmente perdido, puede ponerse en contacto con las líneas directas de todo el país, donde asesores y defensores pueden ofrecerle consejo y apoyo. Hablar con ellos es un gran primer paso y, a partir de ahí, puedes considerar qué otras opciones tienes a tu disposición.
Sea cual sea el tipo de maltrato que sufras, lo primero que puedes hacer es acudir a la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica. Disponen de multitud de recursos, como el número (1-800-799-7233), disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, y un chat en directo en el que puedes hablar con abogados sobre tu situación.
Sus servicios son totalmente gratuitos y están disponibles en más de 200 idiomas. Además, pueden remitirte a organismos y centros de acogida de tu zona si necesitas ayuda más inmediata.
Aunque la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica está abierta a cualquier persona de cualquier edad y situación, para los niños más pequeños existe también la Línea Nacional contra el Maltrato Infantil de Childhelp. Su número (1-800-422-4453) está disponible 24 horas al día, 7 días a la semana, en más de 170 idiomas.
Cuando llames, los asesores de crisis estarán encantados de escuchar tu situación y hacer lo que puedan para ayudarte, y su página web también tiene recursos como historias de otros niños y una lista de números y enlaces a la agencia de Servicios de Protección de Menores de tu estado.
Si temes que la situación se agrave hasta un punto sin retorno, considera la posibilidad de elaborar un plan de seguridad. Un plan de seguridad es un plan personalizado que describe qué hacer antes y después de escapar de una situación de maltrato.
Hay muchos tipos diferentes de pasos para un plan de seguridad, que dependerán de tu situación. Si no sabes cómo crear un plan de seguridad, utiliza esta plantilla que te permite rellenar los espacios en blanco y encontrar tus propios pasos a seguir.
Antes de que llegue el momento de partir, asegúrate de recordar algunas cosas importantes que debes llevar y hacer antes.
Huir sin prepararse puede causar tanto o más daño que quedarse con su agresor.
Recuerde que esta lista no es exhaustiva, y que el sitio de la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica tiene un resumen más detallado de los pasos a seguir dependiendo de su situación.
Asegúrate de recordar documentos importantes como tu DNI, pasaporte, papeles legales, tarjeta de la seguridad social o pruebas de maltrato. No olvides ninguna medicación importante, ropa de recambio para ti y para quien lleves contigo, y una reserva de emergencia en efectivo. Considera la posibilidad de colocar todos estos recursos en una bolsa, en un lugar que sólo tú conozcas. Deberías poder cogerla en caso de que necesites salir inmediatamente.
Planifique su ruta de escape, desde por dónde salir del recinto hasta cómo llegar a donde necesita ir. Identifique también personas o lugares seguros en caso de que necesite detenerse en el camino. Si dispone de vehículo, asegúrese de que está en buen estado y es accesible. Si no, asegúrate de que tienes algún otro medio para llegar a donde necesitas ir, como el coche de un amigo o el transporte público. También está Uber Puedes usar una tarjeta de débito prepagada (de la tienda de comestibles) en las aplicaciones de viajes compartidos para que tu agresor no te vea cuando pides un aventón.
Asegúrate de tener la información de contacto de tus amigos y familiares si planeas quedarte con ellos. Si planeas quedarte en un refugio, asegúrate de tener su información a mano. Recuerda tener a mano el 911, y considera la posibilidad de utilizar una aplicación que pueda llamar al 911 si la situación se agrava, o una que avise a la policía y a todos tus contactos de emergencia cuando llegue el momento.
Una vez que te hayas marchado, ten en cuenta algunas cosas para garantizar tu seguridad y la de tus seres queridos.
Si aún puedes vivir en tu propia casa, cambia las cerraduras lo antes posible. Además, habla con tu proveedor de telefonía móvil y cambia tu número para que no pueda localizarte tu agresor.
Si sigues en la misma región, utiliza nuevas rutas para ir al trabajo y a la escuela. Considera la posibilidad de ir de compras a horas diferentes o de acudir a tiendas distintas de las habituales.
Informa a la policía de tu situación lo antes posible, sobre todo si quieres o has presentado ya una orden de alejamiento. Asegúrate también de avisar al colegio al que van tú o tus hijos para que puedan vigilarte y ayudarte si lo necesitas.
Informa a tus amigos y compañeros de trabajo para que puedan ayudarte si algo va mal. Si es posible, tus compañeros pueden vigilarte si tu agresor intenta ir a buscarte, y tú puedes hacer que tus compañeros filtren las llamadas que puedas recibir.
Estar en una situación de maltrato es increíblemente duro, pero por duro que sea, recuerda que no estás sola. Y actuando, inspirarás a otros para que también se cuiden.
No tengas miedo de ponerte en contacto con el National Domestic Violence Hotline o el Childhelp Child Abuse Hotline cuando la situación se agrave. Están ahí para ayudarte en estos momentos difíciles.
Y si aún no te sientes cómoda tomando medidas, no dudes en contárnoslo en Supportiv. Estaremos ahí para escucharte y hacer todo lo que podamos para ayudarte a atravesar la oscuridad.
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