El duelo puede desbordar sus mecanismos habituales de afrontamiento. ¿Cómo y por qué ocurre esto? ¿Y hasta qué punto debes aceptar tu dificultad para afrontarlo?
El duelo requiere mecanismos de afrontamiento eficaces, pero al mismo tiempo puede romper sus estrategias habituales.
El duelo puede dar la vuelta a todo tu mundo, directa o indirectamente. Los efectos directos del duelo sobre los mecanismos de afrontamiento pueden incluir la pérdida de su confidente más fiel, tener que elaborar un nuevo horario para el cuidado de los niños o llorar cada vez que oye una canción que antes le consolaba.
Pero también merece la pena mencionar los efectos indirectos del duelo sobre los mecanismos de afrontamiento. El esfuerzo emocional del duelo puede hacerle dormir demasiado y evitar el ejercicio que necesita para mantenerse sano. En la otra cara de la moneda, tus pensamientos pueden acelerarse cuando intentas dormir, una vez que has dejado a un lado las distracciones del día.
Tu cuerpo puede cambiar en un esfuerzo por ayudarte y protegerte durante este tiempo. En algunos casos, estos efectos son útiles, pero para otros, el duelo puede causar síntomas físicos problemáticos.
“Las investigaciones realizadas hasta la fecha han demostrado que, al igual que muchos otros factores estresantes, el duelo provoca con frecuencia cambios en los sistemas endocrino, inmunitario, nervioso autónomo y cardiovascular; todos ellos están influidos fundamentalmente por la función cerebral y los neurotransmisores. Sin embargo, no se conoce bien la importancia de estos cambios. Pueden ser respuestas fisiológicas principalmente adaptativas que en algunas personas se convierten en desadaptativas y fisiológicamente deletéreas” – INSTITUTO DE MEDICINA Comité sobre las Consecuencias para la Salud del Estrés del Duelo
DEFINICIÓN: “adaptativo ” – útil, que permite a una persona adaptarse a las circunstancias
El sueño es importante para hacer frente a cualquier tipo de agitación emocional. Sin embargo, el duelo a menudo interrumpe o cambia nuestra forma de dormir.
Cuando se trata de dormir durante el duelo, las normas habituales pueden tener que aplicarse de forma diferente. Por ejemplo, si su mente se acelera debido a la pena, puede optar por distraerse de su propio cerebro, aunque eso vaya en contra de las recomendaciones habituales de higiene del sueño.
Se sabe que mantener el dormitorio en silencio ayuda a combatir el insomnio. Esto incluye apagar la televisión y el teléfono para evitar estimular el cerebro. Pero durante el duelo, el cerebro puede estar en un estado constante de sobreestimulación, pensamientos acelerados y ansiedad. Si puede dedicar su atención a un programa de televisión tranquilo en lugar de al duelo, ese respiro puede, de hecho, ayudarle a conciliar el sueño más fácilmente.
En circunstancias normales, hay quien opta por evitar las siestas, ya que pueden impedirle conciliar un sueño reparador más tarde. Pero si tienes dificultades para dormir por la noche debido al dolor, no hay nada malo en echar una cabezadita después del trabajo o a la hora de comer.
También es posible que últimamente te sientas muy deprimido y necesites dormir más. Tampoco pasa nada. El duelo y todas las emociones relacionadas con él son difíciles de procesar. Incluso si está bajo la superficie, el duelo puede ser un calvario activo y muy agotador, razón suficiente para prestar atención a tu fatiga.
Alimentar nuestro cuerpo con comida es otra forma de hacer frente al exigente proceso de duelo. Sin embargo, esto ayuda a crear una relación complicada entre el duelo y la comida.
Algunas personas dejan de sentir hambre durante el duelo, lo que crea un ciclo desagradable que hace más difícil calmarse del estrés. Investigadores de la Universidad de Ulm, en Alemania, citan múltiples estudios que demuestran que “es… sabido que el hambre es un potente activador del sistema nervioso simpático”
Si no puedes comer, es más probable que permanezcas en modo lucha o huida (simpático) en lugar de en modo descanso y digestión (parasimpático). A la inversa, si tu sistema nervioso tiene una mayor actividad simpática, puedes tener problemas para comer.
Tienes hambre porque estás estresado, y estás estresado porque tienes hambre.
Más información sobre el nervio vago, el sistema nervioso simpático y el parasimpático
Sin comida para alimentar el agotador proceso de duelo, es difícil que tu cuerpo se sienta lo suficientemente seguro como para curarse. En el otro extremo, si eres más propenso a comer por estrés, puedes experimentar un aumento del apetito con el duelo.
Comprende que, aunque engordes unos kilos, puede que tu cuerpo realmente necesite esa reserva de combustible en este momento. Piensa que tu cuerpo es inteligente: reconoce las demandas energéticas del duelo y decide aumentar la ingesta de energía.
Rumiar sobre tu duelo puede hacer que te resulte más difícil planificar lo que necesitas hacer para mantenerte sano y cumplir con tus responsabilidades. Incluso si suele ser organizado, es posible que su cerebro simplemente no funcione en este momento.
Comprenda que la actividad cerebral cambia durante el proceso de duelo y que la avalancha de hormonas del estrés también actúa en contra de la concentración. En lugar de tratar de poner la mente por encima de la materia, considere la posibilidad de darse un descanso durante este tiempo. Si tiene problemas para concentrarse, busque oportunidades para reducir la responsabilidad y la necesidad de concentrarse. La distracción es una señal de que tu cerebro está sobrecargado, así que, en la medida de lo posible, ayúdate desestresándote.
El duelo provoca cambios concretos en el cuerpo y el cerebro, por lo que es lógico que no puedas afrontarlo como de costumbre. Permítete el desorden y la lucha que conlleva el duelo. No debe dudar en dejarse llevar por sus impulsos de dormir, tomar un tentempié o reducir el estrés.
Sin embargo, una forma en la que debe seguir esforzándose es socialmente. Por supuesto, el tiempo a solas forma parte del proceso de duelo, pero intenta aceptar el apoyo que tienes a tu disposición.
No es noble ni heroico hacer el duelo a solas. Incluso el New York Times advierte a sus lectores: “No sufrassolo. Tiende la mano” De hecho, el aislamiento puede prolongar el proceso de duelo.
Incluso los mejores mecanismos de afrontamiento pueden no ser suficientes durante el duelo. No existe una cura mágica ni una bala de plata para eliminar el duelo; se trata más bien de una situación de “superación”. Así que ten un poco de compasión y paciencia por lo difícil que puede ser este momento. Puede que con el tiempo vuelvas a la normalidad, o puede que tengas que encontrar una nueva normalidad.
No eres un fracaso por llevar tanto tiempo de duelo o por tener tantos problemas.
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