Ser un adolescente en una situación de abuso puede variar, desde ser molestado en la escuela, a vivir en un hogar negligente, o sufrir agresiones físicas o sexuales.
A veces es tu propia familia la que te hace daño. Se supone que deben protegerte. Pero en realidad, a veces son ellos quienes más daño te hacen.
No es culpa tuya, y nadie espera que sepas qué hacer a continuación. Al estar aquí, has dado un paso muy maduro para ayudarte a ti mismo.
Lamentamos mucho que te encuentres en una situación de maltrato, pero ninguna situación carece de esperanza. Aunque no seas un adulto, hay muchas cosas que puedes hacer para tomar cartas en el asunto.
Un temor frecuente entre los niños es el miedo a que, en cuanto un profesor se entere de la situación, le trate de forma diferente o haga saber a los demás lo que está pasando.
Es un temor normal, pero afortunadamente muchos profesores de EE.UU. están formados para tratar el maltrato infantil con calma y confidencialidad.
Busca un profesor de confianza, que te parezca comprensivo y empático, y pregúntale si te parece bien explicarle tu situación. Se tomarán en serio tu historia y harán todo lo posible por ayudarte.
En muchos casos, los profesores captan los signos de maltrato y se acercan a ti. Si eso ocurre, puedes estar seguro de que están de tu parte y trabajarán contigo para obtener el mejor resultado posible.
Si no hay ningún profesor con el que te sientas cómodo hablando, intenta pensar en otros adultos o figuras de autoridad con los que puedas hablar.
¿Hay algún orientador en tu colegio? Si es así, estará encantado de escucharte y ayudarte en todo lo que pueda.
¿Y el guardia de tráfico que siempre te saluda por la mañana? ¿O el animador juvenil de más edad de tu programa extraescolar?
Muchos de nosotros también hemos acudido a los padres de amigos en busca de apoyo, cobijo y ayuda para encontrar los siguientes pasos.
Si hay algún adulto con el que te sientas seguro, pídele un poco de tiempo para hablar de algo serio. Puedes confiar en que harán todo lo posible para ayudarte a resolver las cosas.
El acoso puede ser verbal, emocional o físico. Si alguien te está insultando y ya no te parece una broma, o si se convierte en violencia física, intenta llevar un diario.
Anota el día, la hora y los acontecimientos del incidente. Cuando llegue el momento, puedes acudir a un profesor o consejero con tu diario. Ahora tienes pruebas de todo lo que ha pasado y tendrás muchas más posibilidades de poner fin a los malos tratos para siempre.
Aunque puedas salir de una situación de maltrato grave, siempre queda el miedo a la transición.
¿Y si temes que te lleven a un hogar de acogida, dejar atrás a tus hermanos o tener que cambiar de colegio?
No hay garantías de que todo siga igual, pero puedes expresar estas preocupaciones a tu orientador, trabajador social o funcionario de los Servicios de Protección de Menores. Ellos pueden hacer todo lo posible para que te quedes en un lugar donde te sientas a gusto.
Cuando se trate de la familia, intenta ver si puedes encontrar una situación en la que tú y tus hermanos podáis permanecer juntos. Si te da miedo una casa de acogida, pregunta a un familiar si estaría dispuesto a acogerte. En caso afirmativo, tú y tu familiar podéis informar al agente de los SPI y encontrar una forma segura y cómoda de salir del hogar donde te maltrataban.
Si ves que uno de tus padres está siendo maltratado por el otro, recuerda que no es culpa tuya, pero que pedir ayuda ayudará a más personas.
¿Puedes informar de la situación a un profesor, consejero, familiar u otra figura adulta? Intenta informar a alguien de lo que está ocurriendo lo antes posible, por si la situación se agrava y necesitas ayuda de las autoridades competentes.
Pregunta a tus padres si estarían dispuestos a marcharse. Puedes ayudarles a elaborar un plan de seguridad para marcharse si la situación no mejora.
Si no quieren irse, da un paso atrás y evalúa cómo te está afectando a ti personalmente. Y si la situación está afectando a tu bienestar, pregúntate si el dolor de quedarte merece la pena frente al dolor potencial de irte y pedir ayuda.
Nuestros padres también son humanos y a veces les cuesta tomar decisiones difíciles, aunque su decisión les ayude tanto a ellos como a ti.
Irse no es una decisión fácil, pero sólo tú sabes qué es lo mejor para tu bienestar. Eso sí, no te vayas antes de ponerte en contacto con una agencia local que pueda ayudarte.
Hablando de hacer gestiones, no dudes en pedir ayuda a la gente que sabe cómo hacerlo. Hay personas comprensivas en todos los lugares que se indican a continuación. Si no te convence un servicio de apoyo, hay otros con los que puedes intentar hablar. La ayuda está ahí, siempre que la pidas y luches por ella
(Los siguientes datos proceden del sitio web ConnectSafely.org, donde puedes encontrar una lista aún más extensa de recursos de ayuda)
“Boys Town National Hotline” 1 800 448-3000(también sirve para chicas) – La Boys Town National Hotline está abierta 24 horas al día, 365 días al año y cuenta con asesores especialmente formados. Los padres, los adolescentes y las familias pueden encontrar ayuda para una serie de problemas, como abusos, ira, depresión, problemas escolares, acoso, etc.
Covenant House’s Nineline 1 800 999-9999 – Servicio de apoyo y línea de ayuda 24 horas para jóvenes sin hogar. Trata una amplia gama de temas, como el acoso, el suicidio, las necesidades básicas, la salud, el sexo, las drogas y el alcohol.
ReachOut 1 800 448-3000 – Sitio donde adolescentes y adultos jóvenes pueden encontrar la información que necesitan, tender la mano, contar sus historias y expresar sus opiniones “sin miedo a ser juzgados o a ser diferentes”
Línea de mensajes de texto para casos de crisis – Permite solicitar ayuda a través de mensajes de texto al 741-741
Love is Respect National Dating Abuse Helpline 866 331-9474 – Línea de ayuda 24 horas para adolescentes, padres, amigos y familiares, defensores de sus compañeros. Todas las comunicaciones son confidenciales y anónimas.
National Domestic Violence Hotline 800 799-SAFE (7233) or text TELLNOW to 85944 – Línea directa 24 horas para cualquier tipo de maltrato doméstico, incluido el maltrato en las citas y el ciberacoso.
The Cyber Civil Rights Initiative – Proporciona orientación y asesoramiento técnico a las víctimas de pornografía no consentida (“porno de venganza”) a través de una línea de ayuda en caso de crisis que funciona las 24 horas del día”
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