A veces sentimos que lo único que podemos hacer es sobrellevar nuestra salud mental. Creemos que no tenemos el tiempo, los recursos o la capacidad para superar nuestras cicatrices y luchas.

Aunque la gestión de los síntomas mediante mecanismos de afrontamiento puede funcionar temporalmente, el afrontamiento no es una solución a largo plazo. La curación, por el contrario, implica realizar cambios a largo plazo que nos permitan prosperar, en lugar de sobrevivir a duras penas.

Todos podemos superar el trauma y sus efectos, al menos hasta cierto punto. Si te sientes incapaz de pasar de la superación a la curación, a continuación encontrarás inspiración e ideas sobre cómo hacer la transición cuando estés preparado.

¿Por qué no basta con sobreponerse?

Antes hemos hablado un poco de la diferencia entre afrontar y curar, pero profundicemos un poco más para entender realmente por qué es importante esta distinción.

Sobrellevar implica controlar los síntomas para simplemente sobrevivir un día más.

Las personas que nos rodean suelen fomentar los mecanismos de afrontamiento. Son métodos socialmente aceptables para afrontar nuestros problemas, porque no requieren grandes alteraciones en nuestras vidas. Sin embargo, los métodos de afrontamiento actúan más como vendas que como antídotos.

Se nos anima a adoptarlos porque, a primera vista, parecen requerir menos recursos y afectar menos a nosotros mismos y a los que nos rodean.

El afrontamiento suele ser rápido y fácil, pero no siempre es el método más saludable para tratar la salud mental de forma sistemática. En pequeñas dosis, puede ser realmente útil. Pero sólo proporciona alivio a corto plazo y, si se abusa de él, puede impedir la curación y la adaptación a largo plazo.

El afrontamiento no es suficiente porque está estancado. Puede ser un alivio temporal decente, pero no hará nada por ti a largo plazo. Es como poner una tirita en una herida que no se cura: puede que dejes de ver la herida durante un tiempo, pero pasarás por innumerables tiritas y al final las tiritas no serán suficientes para tratar el problema.

El afrontamiento es la solución rápida que, en realidad, puede estar exacerbando los síntomas, mientras que la curación significa crecimiento y cambio.

¿Por qué es tan importante la curación?

En lugar de limitarse a existir e intentar salir adelante, aprender a curarse puede ayudarte a superar tus problemas y mejorar tu calidad de vida.

La curación es un largo viaje para llegar a la raíz del problema e intentar superarlo lo mejor posible. La curación requiere mucha más energía que el afrontamiento, y también puede tener un coste emocional durante el proceso.

Aunque los recursos para la curación pueden parecer más difíciles de conseguir que los de afrontamiento, existen y, a largo plazo, te ayudarán más. Las recompensas de la curación son abundantes y el trabajo merece la pena.

Ejemplos de mecanismos de afrontamiento

Los mecanismos de afrontamiento suelen ser pequeñas cosas cotidianas que hacemos para ayudarnos a lidiar con nuestros problemas. Pueden ser conscientes o inconscientes y abarcar desde las cosas que nos metemos en el cuerpo hasta las personas de las que nos rodeamos. Algunos ejemplos de mecanismos de afrontamiento que la gente suele utilizar son:

  • Humor
  • TV, libros, música, etc.
  • Reducir las expectativas
  • Autocuidado individualizado
  • Evitación
  • Negación
  • Comida
  • Alcohol
  • Drogas
  • Desahogarse
  • Obtener consuelo/ayuda de otras personas
  • Ejercitarse
  • Aplicar estrategias de resolución de problemas
  • Autoinculpación

Muchas de estas cosas no parecen malas, ¿verdad? Eso es porque algunos no lo son.

Los mecanismos de afrontamiento no son malos con moderación. Si leer un buen libro o salir a correr te ayuda a relajarte en un momento de estrés, adelante. El problema es cuando confiamos demasiado en estos mecanismos y no abordamos los problemas. Pero los mecanismos de afrontamiento que implican sustancias nocivas o impulsividad pueden empeorar los síntomas de tu trauma, creando un ciclo tóxico.

Ejemplos de estrategias curativas

Las estrategias de curación requieren intención y esfuerzo, tanto para buscarlas como para llevarlas a cabo y convertirlas en parte de tu vida. A continuación se enumeran algunas estrategias de curación que se utilizan habitualmente:

Las estrategias de curación pueden parecer menos accesibles que las de afrontamiento: es más fácil ver una película tonta y olvidarse del día que profundizar en los problemas de salud mental con un terapeuta. Sin embargo, una gran parte del aprendizaje de estrategias de curación a través del diario de gratitud y cualquiera de las técnicas anteriores es también descubrir cómo incorporarlas más fácilmente en tu vida diaria.

Principios básicos de la curación

Hay muchos principios básicos de curación diferentes que circulan, pero unos pocos destacan como temas recurrentes. Los siguientes son cinco principios básicos para guiarte durante tu viaje hacia la curación:

  • Aceptación: Aprender a aceptar tu entorno, tus sentimientos y a ti mismo como persona puede ayudarte a dejar de estar en una guerra interna contigo mismo y con el mundo exterior. Es más fácil decirlo que hacerlo, pero trabajar para conseguirlo puede conducirte por el camino de la curación y reducir los sentimientos de ira, ansiedad, autoculpabilidad, etc.
  • Gratitud: Practicar la gratitud se ha relacionado con la reducción de los síntomas de ansiedad y depresión, así como con la mejora de nuestra insatisfacción por no tener las cosas que deseamos.
  • Paciencia: Este proceso de curación es largo y continuo, por lo que la paciencia es clave durante el mismo. Puede que los resultados no lleguen rápido, pero llegarán y la espera merecerá la pena. Considera esto menos como un viaje con un plazo difícil de cumplir y más como una forma de vida que te ayudará a curarte y a seguir curándote durante el resto de tu vida.
  • El perdón: El enfado y el enfado con alguien o con algo pueden encerrar mucho dolor y exacerbar los síntomas. Puedes tener todo el derecho a estar enfadado, pero en última instancia eso te hace daño a ti, no a aquello por lo que estás enfadado. Dejarlo ir puede ayudarte a liberar parte de la negatividad innecesaria de tu vida, para que puedas continuar tu camino hacia la curación.
  • Atención plena: La atención plena consiste en aprender a estar en sintonía con tu cuerpo y tus emociones. Aprender a incorporar prácticas de atención plena en tu vida diaria puede ayudarte a comprender tus necesidades, tus sentimientos, tus desencadenantes, etc.

Curarse es duro, pero merece la pena. Sé paciente contigo mismo y con el proceso. vales el tiempo y el esfuerzo de crecer y construir una vida que puedas amar, no sólo tolerar.